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Policías del Chubut lanzan una carta abierta: denuncian salarios de hambre y advierten por la seguridad pública

La Policía de la Provincia de Chubut difundió una carta abierta dirigida al Poder Ejecutivo, al Legislativo y a la comunidad, donde expone con crudeza la crisis salarial que atraviesa el personal de la fuerza. En el documento, los efectivos aseguran que sus ingresos están muy por debajo del costo real de vida y que esta situación pone en riesgo no solo a sus familias, sino también a la seguridad de todos los chubutenses.

“Lo que está en juego es nuestra dignidad”

Los agentes describen un panorama alarmante: una factura de luz que supera los $250.000, alquileres que rondan entre $550.000 y $800.000 en ciudades como Esquel y Puerto Madryn, y una canasta básica total que, según la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, ya supera el $1.400.000 para una familia tipo.

“Pedimos un salario que refleje el costo real de vivir en Chubut hoy”, remarcan en el escrito, advirtiendo que detrás del uniforme hay trabajadores que son también padres y madres con obligaciones y sueños.

Salud física y mental al límite

La carta revela que muchos policías no pueden sostener una alimentación adecuada y se ven obligados a optar por comidas más baratas y de menor calidad, lo que provoca problemas de salud: anemia, sobrepeso y enfermedades metabólicas.

A esto se suma el impacto en la salud mental: “Estrés constante por no llegar a fin de mes, ansiedad, depresión e incluso casos de suicidio cuando la angustia no encuentra salida”, señala el documento.

Doble empleo y cansancio extremo

Ante la insuficiencia salarial, numerosos efectivos se ven obligados a trabajar horas extra, hacer guardias adicionales o incluso conseguir empleos paralelos fuera de la fuerza. Esa sobrecarga deriva en cansancio extremo, menor rendimiento profesional y riesgo de errores en el servicio.

Sin voz ni representación gremial real

Los policías también denunciaron que carecen de un canal formal de negociación: el COBIPOL, si bien existe, no ha logrado consolidarse como interlocutor válido ante el gobierno. Además, subrayan que las manifestaciones masivas en uniforme podrían costarles la expulsión de la fuerza.

“Nuestras voces se transforman en susurros silenciados”, remarcan, apelando a que los medios visibilicen la crisis y que la comunidad comprenda la magnitud del problema.

Un pedido urgente

El comunicado concluye con un reclamo directo: “No pedimos limosna ni favores, pedimos justicia salarial, reconocimiento y reparación”.

Advierten que si la Provincia no garantiza salarios dignos, no solo se compromete la estabilidad económica de los trabajadores policiales, sino también la seguridad de toda la ciudadanía:

“¿Cómo esperar que un policía cansado, enfermo y preocupado por no poder pagar la luz llegue alerta a su turno?”

El pronunciamiento de la Policía del Chubut no es una declaración más: es un grito de auxilio que busca romper el silencio. En él se condensan las carencias de cientos de familias que, mientras garantizan la seguridad de todos, sienten que la suya está en permanente riesgo.

Ahora, la pelota queda en manos del gobierno provincial, que deberá decidir si escucha y da respuesta a un reclamo que ya dejó de ser salarial para convertirse en una cuestión de dignidad, justicia y seguridad pública.

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