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Los desiertos de noticias en la Argentina: un conversatorio que expuso causas y consecuencias

El jueves 25 de septiembre a las 18 horas se realizó un nuevo conversatorio vía streaming bajo el título “Los desiertos de noticias en la Argentina, causas y consecuencias”. La actividad fue coordinada por Horacio Barrios, periodista, locutor, productor e investigador de radio, y reunió a destacados referentes del periodismo y la comunicación en un intercambio que buscó analizar los alcances de un fenómeno que atraviesa a millones de argentinos: la falta de noticias locales en vastos territorios del país.

Del encuentro participaron Irene Benito, periodista, abogada e integrante de FOPEA; Martín Berrade, licenciado en Medios Audiovisuales y presidente de ARPA; Gustavo López, periodista, abogado y ex presidente del ENACOM; Alfredo Luenzo, psicólogo, periodista y ex senador nacional que presidió la Comisión de Libertad de Expresión del Senado; María Cristina Cabral, licenciada en Comunicación Social, docente de la Universidad Nacional de Río Negro y de la Universidad Nacional del Comahue, además de integrante de FARCO; Omar González, licenciado en Comunicación y docente de la Universidad Nacional del Comahue; el comunicador social de Río Mayo, Gustavo Salazar, creador del sitio www.riomayo1935.com; y el propio Horacio Barrios, que ofició como moderador.

Dentro del conversatorio también hubo espacio para reflexionar sobre el presente de la comunicación y del periodismo. Se analizó la veracidad de la noticia y el valor de la libertad de expresión, así como la influencia que tienen hoy los grandes anunciantes y la pauta oficial en los contenidos mediáticos. La discusión giró en torno a qué es lo que finalmente recibe el oyente o el lector: si información verificada o mensajes atravesados por operaciones políticas y empresariales. En ese intercambio, los participantes coincidieron en que el periodismo actual enfrenta un abanico de desafíos propios de esta época, que van desde la concentración de medios hasta la dependencia económica, y que todo esto repercute directamente en la calidad de lo que se consume como noticia.

El debate giró luego en torno a los resultados de la investigación de FOPEA sobre desiertos informativos, que muestran que más del 70% del territorio argentino está en situación de desierto o semidesierto de noticias. En ese marco se planteó la importancia de la radio como medio indispensable en la Patagonia y en los entornos rurales, donde sigue siendo la única fuente de información para miles de familias.

El conversatorio del jueves 25 de septiembre dejó en evidencia que los desiertos informativos no son una idea abstracta, sino un problema real que limita la vida democrática en vastas regiones de la Argentina. Con voces diversas y reflexiones profundas, el ciclo que coordina Horacio Barrios se consolida como un espacio federal para pensar el presente y el futuro de la radio, el periodismo local y el derecho ciudadano a la información.

Horacio Barrios: “La radio en la Argentina es indispensable, urgente y necesaria”

En diálogo con riomayo1935.com.ar, el periodista, productor e investigador de radio repasa el origen de su ciclo de conversatorios vía streaming, reflexiona sobre el rol de las emisoras en un país tan extenso, analiza la crisis de la radio en las grandes ciudades y aborda el fenómeno de los desiertos informativos.

–¿Cómo surgió la idea de este ciclo de conversatorios vía streaming?

“A partir de notar que en la plataforma YouTube se colgaban muchos registros de conferencias, paneles de debates y conversatorios, me propuse iniciar en principio diálogos por WhatsApp con pares tanto de emisoras del país como del exterior. Hasta que un colega muy apreciado por mí, Golka Zumeta, de España, para quien escribí varios artículos en su sitio web, me estimuló a iniciarlos.

Y es así que comencé a realizar las reuniones por la web y en vivo por la plataforma con diferentes colegas de todo el mundo que fui conociendo y relacionándome a partir de mi trabajo de articulista, ya que mis artículos se leen en todo el continente y en Europa.

Pero además, el mes pasado organicé un evento por los 105 años de la radio, que también transmití en vivo por mi canal de YouTube, y en cuyo transcurso rendimos homenaje a un viejo y querido comunicador de Mar del Plata, Eduardo Zanoli, que lleva 55 años al aire con su programa y él ya con 85. Salió con algunos tropiezos pero el cometido se cumplió ampliamente.”

–¿Qué objetivos te propusiste al ponerlo en marcha?

“En principio, visibilizar aquellos temas que conciernen al mundo de la radio, nuevas tecnologías, la función del medio de comunicación en todos los niveles, la crisis de la radio, su reconversión y adaptación a los nuevos tiempos y tecnologías, etc. Temas que no se abordan en los institutos de enseñanza radiofónica.

Pero además, aquellas cuestiones que tienen relación con el ejercicio del periodismo, como los aportes que le hizo la digitalidad a los medios tradicionales, donde hay periodistas. Que dicho sea de paso, muchos se fueron quedando sin empleo gracias a la desaparición del diario de papel, y emisoras que no pudieron autosustentarse, entre otros. Visibilizar aquellos temas que no están en la tapa de los diarios ni en las agendas de las radios.”

–¿Con qué nombre lo presentás y qué sentido tiene esa denominación?

“Los presento como conversatorios, lejos de lo intelectual y de lo formal. Por eso digo que se trata de una charla o encuentro de amigos, para que nadie de los que participa, tenga formación académica o no, se sienta incómodo expresando sus puntos de vista sobre el tema propuesto. Por eso prefiero ser realista en todos los aspectos abordados.

No hay un título de presentación: cuando invito a colegas, intelectuales y académicos, lo hacen por lo que yo represento para ellos, y para ese mundo académico. Por esa razón, siempre soy un invitado a dar charlas en universidades del país y del continente.”

–¿Qué criterios usás para convocar a los referentes de la comunicación que participan?

“Busco a los especialistas en el tema que presento en cada conversatorio, pero por supuesto me garantizo saber sobre el mismo, dominar el asunto.

Si hablamos de IA, sé a quiénes convocar y, aunque sea un tema amplio, sé quiénes podrían opinar sobre el asunto. No es lo mismo la IA en la radio que la IA en los aspectos cotidianos de la vida de las personas. Hay un especialista para cada tema, y yo sé quiénes son.”

–¿Qué experiencias o testimonios te han sorprendido más hasta ahora?

“Me sorprendió mucho el conocimiento y el desenfado de un colega y querido amigo de Guinea Ecuatorial, cuando realicé la investigación sobre el rol de la radio en el continente africano. No imaginaba el enorme ser humano que con sus 33 años me encontraría: Rony Boricó.

Además de los valores exhibidos, demostró un gran profesionalismo, y por eso lo hice participar de los primeros encuentros por WhatsApp. Hecho que provocó que mi buen amigo Julio Lagos me pidiera su contacto y lo entrevistara en Radio Rivadavia.”

–En tu trayectoria vinculada a la radio, ¿cómo ves hoy el rol de las emisoras en un país tan extenso como el nuestro?

“El rol de la radio en la Argentina lo veo indispensable, urgente y necesario, dadas las enormes extensiones que tiene nuestro territorio, con lugares remotos donde solo llega la voz de la radio, y esa es la radio AM.

La Argentina es un país de radios. Y no es casual que se haya generado una cultura del medio en lugares donde la actividad privada no llega, allí donde existe una pequeña y precaria radio de FM que trata, no sin alguna dificultad, de ofrecer servicios a la comunidad, con todas las limitaciones técnicas, climáticas y económicas. Esa emisora es territorializante, es identitaria de su sociedad, de su audiencia. Es cultural porque difunde y esparce los usos y costumbres del lugar, pero además los adopta, exalta lo local y lo proyecta.

En la gran ciudad, la realidad es otra. Las grandes emisoras compiten por las migajas que caen de la mesa, porque ya el mercado no las está favoreciendo tras la aparición de una competencia desleal que representan las plataformas y redes sociales y hacia donde va también la publicidad comercial.

Antes era la pauta del Estado, ahora es quién se queda con esa porción de la torta, y para ello todo vale: valen ‘los nuevos lenguajes’, lo escatológico, lo coprofágico, la deslealtad y la falta de profesionalismo. La radio en la gran ciudad es solo un instrumento de propaganda, operaciones de prensa y entretenimiento, por eso está en crisis. Crisis de creatividad, de envejecimiento de sus audiencias y de sus conductores/animadores estrella.”

–¿Cuál es la importancia de la radio en regiones como la Patagonia, donde las distancias y el aislamiento son parte de la vida cotidiana?

“Bien, algo anticipé en párrafos precedentes: lo irrenunciable de la radio en esas regiones prácticamente inhóspitas, desérticas, donde el peón rural solo tiene la radio, a la que lleva a todas partes cuando recorre el campo al que cuida, y eso es portabilidad, porque cuando encilla el caballo que lo llevará hacia ese destino programado, va la radio a pilas.

En esas regiones la radio no desaparecerá del canal AM, el más conocido y por el que llamamos radio a la radio. Es necesaria para esas personas, imprescindible, es su instrumento, su red social y su compañera. Justamente allí, donde no hay conectividad, impera la radio. Y no se irá del lugar pese a los ataques que sufra.

Y más cercano en el tiempo, fueron expresadas las intenciones de borrar del espacio radioeléctrico a las emisoras de la cadena nacional. Una pésima estrategia, o falta de conocimiento, pura ignorancia de funcionarios de turno que solo ocupan un puesto por premiación política y llegan con un afán destructivo sin comprender y mucho menos entender la función social que esas emisoras del Estado cumplen en aquellas regiones del país.”

–El concepto de “desiertos informativos” se está instalando cada vez más. ¿Cómo lo explicás para que lo entienda la gente común?

“El desierto de noticias se produce cuando en localidades remotas no se ejerce el periodismo independiente, y no hay medios para informar a la población sobre noticias y contenidos locales.

Si bien hay factores confluyentes, el resultado es el mismo: falta de medios, periodistas y ausencia de formación profesional.

Este es un fenómeno que se ha venido produciendo en varios países de la región, como Chile, donde hay comunidades enteras sin acceso a la información de ningún tipo, regiones de Colombia, Brasil, México y Perú. Por supuesto, cada país con sus condiciones.

Según FOPEA (Foro de Periodismo Argentino) existen en esa condición más de 6.600.000 personas en todo el país, es decir, que no están informadas sobre lo que sucede en su comunidad, región o territorio inmediato.

Pero, aunque exista una radio, si no informa sobre lo que pasa a su alrededor, en su comunidad, es un desierto de noticias. Si esa radio difunde información de otros lugares y no sobre la que habita, es también un desierto informativo. Porque la gente no sabe lo que pasa en su pueblo.”

–¿Qué consecuencias tiene para la vida democrática que amplias zonas del país carezcan de noticias locales confiables?

“Deteriora la calidad de la democracia en esos lugares, ya que las personas no pueden acceder a información general y de calidad sobre los actos de gobierno de su intendente y funcionarios locales, además de organismos de la sociedad civil.

La ausencia de noticias y de periodismo independiente lesiona inclusive la vida institucional de aquellos lugares a los que hago referencia. Debe haber información, y de calidad, para que la gente pueda elegir y controlar a sus autoridades.”

–¿Qué papel pueden cumplir los conversatorios en visibilizar este fenómeno?

“Los conversatorios, justamente si van en directo por la plataforma YouTube, contribuyen a visibilizar estos fenómenos, en tanto y en cuanto los consumidores que tenemos en la web vayan viralizando los contenidos registrados en los diferentes canales.

Por lo tanto, si bien no se trata de un medio de comunicación ya que lo hacemos por una plataforma, su consumo es alto y en consecuencia también lo es la visibilización de las diferentes temáticas abordadas.

Claro que los resultados no son inmediatos: todo es parte de un proceso que llevará su tiempo para que los resultados lleguen a la gente.”

–¿Qué medidas creés necesarias para fortalecer al periodismo local y a la radio como servicio público?

“Primero, medios de comunicación independientes con periodistas independientes, honestidad intelectual a la hora de ofrecer información de calidad. Pero también se necesita el respaldo efectivo de la gente, que se identifique con sus medios, con sus periodistas y comunicadores. Debe haber un compromiso, y esa es una construcción que toma su tiempo, pero hay que comenzar por satisfacer las demandas de las audiencias y de los lectores para iniciar esa reciprocidad.

Justamente porque es el medio mismo el que representará los intereses de esa comunidad una vez que esta se comprometa, será su voz, sus silencios y lo demostrará con acciones concretas.

Una comunidad o una sociedad que no se compromete con sus medios locales es una sociedad que está enferma, sin guía, sin líderes que la representen, sin medios que escuchen sus voces. Debe haber una comunidad comprometida con sus medios de comunicación.

La radio, como servicio, es fundamental para esas poblaciones, pero no confundamos radio pública con radio del Estado. La radio pública es aquella sostenida y sustentada por la población civil y organismos afines, y esto tiene vinculación con lo antedicho: una sociedad comprometida sostendrá a su medio público, su medio propio, porque simplemente es su bien social.

La radio del Estado, si bien es de todos, no podemos decidir sobre ella ni sobre su destino, mucho menos qué información vaya a suministrar, porque eso queda por cuenta y orden del representante gubernamental que la dirija y administre.”

–¿Qué esperás lograr con este ciclo a mediano plazo?

“No me he planteado objetivos al llevar a cabo estos conversatorios más que visibilizar algunos temas de interés universal que no aparecen en la portada de los diarios del día. Tengo expectativas moderadas respecto de lo que surja a partir de aquí.

Si bien una consecuencia de mi trabajo de difusor como articulista de sitios web me ha traído satisfacciones de tipo profesional y académico, no puedo pensar que surja lo mismo de mis iniciativas en la web.

Por lo pronto, puedo nombrar algunas satisfacciones: colaboro con la radio de la Universidad de Guadalajara, en México; soy invitado periódicamente a dar charlas y clases magistrales en institutos de formación profesional y universidades; pronto tengo una clase para alumnos de la Universidad de Misiones en la carrera de comunicación; he dado charlas en la Universidad Austral, del Comahue, de Mar del Plata, en Deportea (Instituto de formación para periodistas deportivos); y mis trabajos publicados repercutieron prácticamente en todo el mundo, a juzgar por la página en la que se encuentran, www.academia.edu, es decir, un reconocimiento por mi tarea profesional de años.”

–¿Podés adelantarnos quiénes serán los próximos invitados?

“No tengo un programa específico de temas a tratar, pero sí le doy vuelta a varios y pienso en los profesionales que podrían participar de un nuevo encuentro.

Son de mi interés, por ejemplo: la Inteligencia Artificial, la desaparición de la radio de los canales tradicionales, qué esperamos en Argentina, análisis antropológicos y demográficos sobre las audiencias argentinas, y qué pasa con las audiencias, hacia dónde van.

Si bien investigué bastante sobre esto y lo plasmé en un libro de mi autoría, muy consultado en todo el mundo, quiero reflejarlo con colegas en conversatorios a futuro. Todavía hay mucho por hacer.”

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